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INVESTIGACIÓN - CEDIR

Resumen de cada Expositor

Una Defensa con Visión Integral y Proyección Regional

Embajador (r) Julián Licastro

 

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Garantía de integridad, paz y soberanía nacional

 

Incursionar en el tema de la Defensa con un sentido integral e institucional, presupone la afirmación fundada de los principios y valores sobre los cuales se construye la sociedad que la demanda, en su ordenamiento jurídico, como garantía de integridad, paz y soberanía nacional. Toda sociedad, a su vez, evoluciona hacia una verdadera comunidad organizada por la presencia, proximidad y continuidad en las relaciones humanas de sus integrantes que, sedimentando estas pautas culturales de conducta colectiva, a través de diferentes épocas y circunstancias, las constituyen en lazos solidarios perdurables.

 

Naturalmente, la autenticidad de la solidaridad comunitaria tiene que superar la mera declamación de afectividad social, para concretarse en proyectos y tareas de cooperación en múltiples aspectos que exigen el apoyo mutuo  y la colaboración sincera entre personas, grupos y sectores. De igual modo, la unión y colaboración efectiva requieren el ejercicio permanente del diálogo y la concertación en el eje de coincidencias primordiales, amplias y compartidas por la gran mayoría de los ciudadanos.

 

La comunidad, al cohesionarse por la convivencia y la educación, logra crear un ámbito de amparo y protección, con una estructura de refugio, pero no de encierro. Esto diferencia a las sociedades realmente democráticas de los regímenes, por igual extremos, de la especulación inhumana y antisocial o de la cautividad totalitaria de cualquier signo.

 

La unidad es la condición de la potencialidad y el poder nacional. Sin la movilización concertada, humana, social y técnica de nuestros grandes recursos no hay proyecto ni estrategia de país posible. La concertación, conviene reiterarlo, comprende la conducción como persuasión y no como dominio; y la organización plural de fuerzas políticas, económicas y sociales con fuerte énfasis en la formación, capacitación y vocación de servicio a la comunidad como un todo.

 

La afirmación de principios y virtudes no responde solamente a una concepción idealista, sino también realista, sabiendo que ningún pueblo del mundo ha logrado realizase sin ellos. Es la importancia innegable históricamente de la educación en valores. Por lo demás, nadie puede ser feliz individualmente en una comunidad socialmente frustrada.

 

Junto a la educación es preciso fomentar las mejores condiciones de información y comunicación;  porque si la verdad nos hace libres, mientras la mentira esclaviza. La libertad de expresión, precisamente, recusa a la vez la censura y el monopolio, sean de cuño estatal o corporativo, habida cuenta de la neutralización del “periodismo independiente” en el esquema de la globalización, por las presiones políticas, económicas y financieras.

 

Estas son las condiciones de partida para formular una política de defensa como política de estado, no de partidos y menos de líneas internas. En esa instancia superadora, sólo el pensamiento estratégico confiere grandeza a la política; y le otorga capacidad transformadora de la realidad, para no ceder a la mediocridad y reducirse al juego de prebendas e influencias entre dirigentes.

 

Política y estrategia, así unidas, son la clave para toda reconstrucción ética y organizativa del estado y la sociedad, con sentido de progreso y sensibilidad social, para no malgastar nuestro espacio tiempo-histórico. Porque el tiempo de las oportunidades estratégicas suele ser breve, en la dinámica de un orden mundial en transición. Hoy la iniciativa estratégica posible es regional y se llama Unión de Naciones Suramericanas-Unasur, síntesis actualizada del sueño de nuestros Libertadores y padres fundadores.

 

La política de las políticas

 

Actuar con eficiencia en política exterior requiere el desenvolvimiento de las previsiones de un Proyecto Nacional en marcha, que surge del sentimiento y del presentimiento de un destino común. Él es la estructura arquitectónica de las políticas de estado, es decir: la política de las políticas. En consecuencia, es menester recuperar la planificación como herramienta de construcción y consolidación del futuro, formulando planes y propuestas, con estilo democrático y eficiente, para ir más allá del corto-placismo y el  horizonte meramente táctico.

 

El Proyecto Nacional, con su componente en el campo de la defensa y la integración regional, imprescindible para tener voz y gravitación en la escena internacional que nos afecta en todos los planos de nuestra actividad, debe ser reafirmado y actualizado en cada etapa histórica. Será la obra indelegable de las sucesivas generaciones argentinas, en la expresión persistente de nuestra identidad cultural, hecha compromiso con la memoria colectiva y para asegurar el porvenir.

 

En la política como en la vida, el arte es renovarse sin perder raíces ni profundidad. Y, en este propósito que trasciende las trayectorias personales con los logros permanentes del conjunto, es preciso no sentirnos importantes, sino útiles

 

 

Síntesis de la exposición del Embajador (r) Julián Licastro, en el panel del acto académico de presentación del CEDIR, perteneciente al Instituto de Estudios Estratégicos y Relaciones Internacionales del Círculo de Legisladores del Congreso de la Nación Argentina-Buenos Aires, 18 de agosto de 2010.

 
 

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