El día martes 28 de abril de 2015 se llevó a cabo en el Salón de Actos del Círculo de Legisladores, la Primera Mesa de Debate del Ciclo 2015 del Centro de Estudios Institucionales de la Defensa y la Integración Regional (CEDIR). El Centro, que forma parte del Instituto de Estudios Estratégicos y de Relaciones Internacionales (IEERI), lo presentó con el título “Patria Grande Sudamericana: Situación y Perspectivas”.
El evento contó con la apertura del Director Académico del IEERI, Diputado de la Nacion (MC) y ex - Embajador José L Fernández Valoni, quien destacó la importancia de impulsar un debate sobre temas de tal importancia y así enfrentar los desafíos que enfrenta la América Latina, con entusiasmo y optimismo.
Destacó que desde la primera reunión de presidentes de la América del Sur realizada en nuestro continente en el año 2000 en Brasil, impulsada por el entonces Presidente Fernando Henrique Cardoso se han atravesado distintas etapas hasta llegar a lo que es UNASUR hoy, con su Consejo Suramericano de Defensa (CSD) y su Centro de Estudios Estratégicos (CEED).
A su turno, Eduardo Cundins, quien asumió el tema a tratar, inició su ponencia reconociendo que el dato negativo de la ausencia del disertante invitado, el Lic. Alfredo Forti llevaba a una segunda lectura positiva (su contracara), y es la vigencia del Centro de Estudios Estratégicos de la Defensa del Consejo de Defensa Sudamericano. En efecto, una importante reunión convocada de urgencia en Montevideo impidió la presencia del Director del CEED/CDS en la jornada del CEDIR.
Cundins resaltó a una nutrida y calificada concurrencia la importancia de la propuesta para los debates del año 2015 los que se basarían en una matriz mensual, ampliamente participativa y centrada en los asistentes con el solo concurso de un especialista invitado (o un tema medular), disparador de aportes, debates y reflexiones, aspecto que fuera anticipado en las invitaciones cursadas. Expresó luego que las iniciativas de institucionalizar mecanismos de integración sudamericanos han sido por momentos difíciles pero que, a su vez, se debía celebrar el hecho que fuera en la Ciudad de Buenos Aires donde se yergue un edificio, un organismo, una institución vinculada con la defensa aunque, y sobre todo, con la integración sudamericana rescatando que ello habla por sí mismo de la preocupación y del protagonismo que puede tener el país en estas iniciativas.
Posteriormente se dirigió al auditorio proponiendo incorporar una dimensión o un término: “lo paradójico”; invitando a revertir un prejuicio, un preconcepto: el de cómo, justamente, una organización, una institución creada para la solución de disputas por el modo más violento (las guerras) pueda ser la cimiente de acercamiento, de cooperación y de integración. Hizo mención también a conceptos y palabras tales como: amistad, medidas de confianza mutua, evolución de la paz; refiriéndose luego al modo cómo se fue difundiendo ello a toda Sudamérica.
Destacó (sobre un mapa expuesto) los 12 países que integran la UNASUR y que la estrategia (identificada como una disciplina cuya lógica suspende la cadena de la causalidad y afirma la ausencia de una racionalidad lineal en la identificación de una solución a un problema) plantea así un esfuerzo; el de abandonar un pensamiento lineal para, justamente, encarar una variante superadora que, aunque compleja, nos lleve a un pensamiento estratégico y a la idea de asociar una actividad que pugna por definir este tipo de relaciones interestatales en las que convergen dos corrientes, las que identifican a las disciplinas de las Relaciones Internacionales, la vertiente liberal más optimista y cooperativa y la realista más pesimista y confrontativa, sin dejar de lado otras visiones.
Al hacer referencia al CEED/CDS lo identificó más como un foro que una alianza aunque puede ser también un acuerdo pero enfatizando que aún existe dificultad para lograr un pensamiento “homologado” en toda Sudamérica.
Aún la terminología (inclusive en lengua inglesa o en español) tampoco colabora en las diversas interpretaciones que puede tener la sola palabra “Seguridad” (Security, assure, safety). Asimismo, el conflicto en su infinita mutación también va arrastrando consigo la noción de seguridad la cual debe también permanentemente cambiar para poder así adecuarse a ello.
Se recurrió también a una infografía que expone el CEDIR en su página vinculada con los porcentajes asignados del producto bruto interno para la defensa (http://www.ieeri.com.ar/ceidir/unasur.php), lo cual refleja, una vez más, esta dicotomía en la importancia otorgada por los poderes centrales para atender la problemática defensiva. La situación de Colombia, más elocuente, refleja la suerte de zona liberada en su propio territorio lo cual indujo a un reclamo de atención diferente respecto a sus pares sudamericanos. La experiencia que está viviendo Europa y que ha movido a la Unión Europea a triplicar el presupuesto del “Plan Tritón” para encarar una solución a la problemática de la inmigración masiva y los inmensos contingentes de refugiados a través del límite tan natural como peligroso en que se ha convertido el Mediterráneo y presenta el marco de una verdadera tragedia a la cual se deben enfrentar dando respuesta a un drama al que supieron contribuir desde la experiencia colonial, hasta la más brutal ingerencia en los conflictos más recientes del continente africano.
La exposición derivó hacia la extrema situación generada por el hombre blanco así como también por las tribus esclavizadas africanas en lo que fue la creación artificial de Haití. En el “África americana” se da la “paradoja”, la “contralógica” de ser el primer país latinoamericano en emanciparse, su exitoso pasado como primera colonia del imperio francés en producción azucarera que logró su independencia pero que no han logrado sus gobernantes su desarrollo. Y allí sucedió esa sorpresa, el ejercicio de trabajar codo a codo los países sudamericanos con sus fuerzas militares, descubriéndose que podían estar colaborando hacia un hermano latinoamericano. Fue así que se generaron instrumentos como lo fue el “2 × 4” (Reuniones de Viceministros de Cancillerías y Ministerios de Defensa de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay sobre Haití); donde eran dos ministerios de cuatro países para luego sumar a los ministerios responsables de la seguridad (los responsable de las policías) que también colaboraron con Haití, y que sobrevinieron en el 3 × 6 para luego transformarse en el 3 × 9 y de allí, con mínimo esfuerzo, lograr los 12 países unidos en la UNASUR.
“UNASUR nace más con el corazón y con la sangre que con el bolsillo, a diferencia del MERCOSUR” esto llevó a la frase de un ministro de economía argentino que alguna vez dijo haber hablado con el corazón y que le contestaron con el bolsillo. Fue la presencia tangible de instituciones en el terreno haitiano lo que colaboró con su sangre, fue con esa presencia, con ese compromiso en preservar la integridad de una república hermana la que logró el acercamiento, la identidad y, nuevamente, se recurrió a la palabra paradoja advirtiendo cómo esta práctica puede justamente generar vínculos indelebles de amistad, integración y confianza. Abundando en ejemplos se refirió a la sorpresa que la Nave Insignia de la Armada Argentina fuera reparada en astilleros chilenos, así como aviones argentinos practicaran en portaviones brasileños, otrora impensable. La historia nos recuerda que el actual apretón de manos que sella la amistad entre las personas nació entre los guerreros que prendieron sus manos recíprocamente para, justamente, evitar el empleo de sus espadas como enemigos declarados y así evitar agredirse para, luego, parlamentar. “Hoy justamente estamos en una ámbito de parlamentarios…”
Se insistió en que se debe convivir con estas paradojas, se recordó también a las ideas que fueron estudiándose últimamente como el de la “Defensa no provocativa” así como las propuestas de integración política latinoamericana expresadas por la eximia Dra. Mirka Seitz en la que describe: La hispanoamericana, la Panamericana y la Latinoamericana posteriormente.
En tal evolución se recordó que un 23 de mayo de 2008 los presidentes de la Unión Suramericana de Naciones (UNASUR, en una iniciativa presentada por Brasil) creaban un grupo de trabajo que tendría un plazo de 90 días para definir el Consejo de Defensa de la región y que fuera anunciado por su anfitriona, mandataria chilena, Michelle Bachelet que asumía la presidencia de la UNASUR el mismo día en que los doce países de la región aprobaron el tratado constitutivo del bloque. El CDS no sería una alianza militar convencional, como la OTAN, sino un foro para promover el diálogo entre los ministerios de Defensa de la región.
Poco después, el 10 de marzo del 2009 los Ministros de Defensa de UNASUR aprobaron la creación del Centro de Estudios Estratégicos de Defensa del Consejo de Defensa Suramericano (CEED-CDS) de la UNASUR, con el objeto de "generar un pensamiento estratégico a nivel regional, que coadyuve a la coordinación y la armonización en materia de políticas de Defensa en Suramérica". Así, desde sus orígenes, el Centro se erige bajo características particulares como una instancia de y para el CDS, basado en el diálogo permanente a nivel intergubernamental, sobre cuestiones estratégicas de interés regional.
Un documento de reciente aparición enfatiza que: “Debemos privilegiar la integración regional y generar la mayor cantidad de alianzas con países del mundo, a fin de enfrentar los desafíos y oportunidades de esta nueva era. Globalización e integración deben ser los vectores principales de una Estrategia de Inserción Global en el siglo XXI.” (Grupo Consenso. CARI 15/4/2015)
Finalizada la presentación del tema propuesto los asistentes intervinieron con participaciones tan oportunas como agudas y enriquecedoras, se destacó la existencia de notables asimetrías como la idiomática en la dificultad para una integración abierta así como la ausencia de cohesión o de criterios que permitan una afinidad de objetivos a perseguiré. Se agregó que la influencia de la droga constituye una dimensión que también debe ser considerada.
Se destacó que “Seguridad y defensa” son acepciones no igualmente definidas por los estados miembros, así como la influencia de la Junta Interamericana de Defensa (JID) ha quedado eclipsada. Una verdadera divisoria de aguas entre defensa y seguridad es tan evidente como la reflejada durante el último “Foro sobre Defensa y Recursos Naturales” (BA, junio 2014) en el que Surinam planteaba una defensa colectiva, Venezuela una suerte de OPEP de los 70 trasladada al presente, pero con centro de gravedad en la defensa, contrastando ambas entre sí y con la propuesta argentina enunciada por el Ministro.
Las reflexiones posteriores transitaron luego por analizar que una integración en defensa con EEUU sería casi imposible por la “casi” imposibilidad de empatía de la cultura anglosajona, la casi imposibilidad de desaprender de sus propias experiencias.
En Haití la integración fue con sangre y si solo nos integraremos como “reacción”, contraponiendo un “TIAR” a lo latinoamericano, no iremos por buen camino. Para ello está el CEED/CDS/UNASUR. Se incursionó luego en la naturaleza de las influencias externas que incidieron para dividirnos. La importancia de la Cumbre de Panamá en el que existieron discursos enfrentados. La influencia de China, el deterioro de los términos de intercambio. Finalmente se insistió en lo imprescindible de discutir como región y ya no solo como país.
Nos debemos un pensamiento sistémico, flexibilidad ante las contingencias, lineamientos y objetivos que definan el rumbo de la sociedad para que la estrategia haga lo suyo. No faltan dificultades y ellas son complejas. No “queda otra alternativa” que la integración. Hay una “deuda política”, el del sobreprotagonismo militar equivocado requiere una defensa “que vuelva a madre”, el deber de ganarse su espacio, recuperar su rol equilibrado y contribuyente, de un modo armónico. Cuanto más UNASUR menos JID. Nos falta gente interesada en la defensa, de hacerlo como corresponde.
En el cierre de la Jornada el Diputado de la Nacón (MC) José L. Fernandez Valoni recurrió al neologismo de la “apolaridad” en lugar de la multipolaridad para definir el estado del riesgo en que se encuentra el mundo, que fue la CELAC y el Papa Francisco los que recientemente influyeron más para que en la VII Cumbre de las Américas, en Panamá estuvieran presentes todos los países del hemisferio. Y que más alla de las dificultades que debió afrontar Latinoamérica, últimamente se ha logrado detener el proceso de desintegración al que estuvo sometida. América Latina y en especial los Estados Suramericanos, han recuperado “su intimidad”, y se están generando estos espacios para “pensarse a si mismos” y “organizarse” y, si bien la definitiva integración, llevará un poco más de tiempo y esfuerzos, finalmente se logrará.
Con el agradecimiento a todos los presentes y un cerrado aplauso para expositores y participantes se dio paso a un vino de honor.
El evento contó con numerosos invitados especiales, entre los cuales se destaca socios del Círculo de Legisladores: Diputada de la Nacion (MC) Irene Roman, Diputada de la Nacion (MC) Virginia Sanguineti, Diputada de la Nación (MC) Graciela Olmos, Diputado de la Nacion (MC) Juan Carlos Cominguez, Diputado de la Nacion (MC) Enrique Bischof, asesores del Poder Legislativo, miembros de las Fuerzas Armadas, estudiantes universitarios e invitados especiales.
Se espera una próxima mesa de debate para el día jueves 28 de mayo en el mismo horario con la presencia del Dr. Juan Battaleme Martínez.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mayo de 2015.