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NOTAS DE INTERÉS

Conferencia de Benjamin Cohen: “El Emergente (Des) Orden Monetario Global”

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En el marco del ciclo de conferencias por la celebración del 25° aniversario de la Maestría en Relaciones y Negociaciones Internacionales el Dr Benjamín Cohen brindó una conferencia en la Facultad latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) a la que fuera invitado el IEERI.


Auspiciado por la misma casa de altos estudios y por la Universidad de San Andrés, en cooperación con la de Barcelona, el catedrático de la Universidad de California inició con la consabida broma de apertura1 el clima adecuado para trazar un panorama desde la crisis financiera estallada en la primera mitad del año 2007 a la fecha, señalando la generalizada inquietud internacional de una urgente reforma del sistema monetario internacional, recurriendo al caso del actual Presidente del G-20, N. Sarkozy quien adviertiera que es el primer tópico de la agenda a tratar.   No obstante relativizó el hecho apelando a una frase de Robert Triffin: Una reforma fundamental del sistema monetario internacional ha sido largamente demorada. Su necesidad y urgencia es imprescindible hoy dada la inminente amenaza a la fortaleza que alguna vez tuvo el dólar estadounidense” Implícitamente, parodiaba la vigencia de tal demanda dado que la misma había sido ya formulada en noviembre de 1960. Desde entonces, afirmó, el reclamo por una reforma PERMANECE INALTERABLE, rematando con un no hay “Nada nuevo bajo el sol”.


Retrotrayéndose a 1944 como lugar común (o momentum) que fuera el del sistema surgido tras los acuerdos de Bretton Woods (BWS), el profesor destacó que con la creación del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que introdujo los Derechos Especiales de Giro (SDR) se buscaba el modo de definir el activo que supliera las reservas de divisas necesarias para socorrer una economía nacional en apuros.   La salida de la guerra debía encontrar un mundo diferente al de la pesadilla de la depresión de entreguerras.   No obstante el fracaso de los años 70´s de aquella iniciativa para enfrentar la posguerra fue sorprendida por otra: Vietnam y así, aun hoy, muchos asuntos subyacentes permanecen inalterados.   En consecuencia, y a los efectos de trazar un paralelismo propuso cuatro indicadores para una mejor comparación con lo que sucede en nuestros días.


Describió que el momentum BWS consistía en un sistema centrado en los estados en los que las variables propuestas podrían definirse de este modo:


Ajuste: manejo de tasas de intercambio.


Liquidez: sin restricciones


Confianza: paridad Oro = U$S


Lliderazgo: USA y sucesivos grupos 5 / 6 / 7, etc.


La presión ejercida por USA en aquel julio de 1944 llevó a perfilar un sistema ideado por los triunfadores de la Segunda Guerra Mundial que generaron una reserva significativa para enfrentar contingencias en la que los 5 países que se constituirían en los miembros permanentes del Consejo de Seguridad aportaban el 70% de las reservas mundiales y con ello la imposición del dólar como moneda de cambio internacional habilitada. Mucha “alharaca” (ado) se tejió en torno a ello.


Paulatinamente, la presión de los pares  (los 39 restantes ejerciendo un “Peer pressure”, y los que se fueron sumando) fue modelando sutilmente la reconsideración de actitudes y valores y con ello la generación de las nuevas reglas del juego sin un gobierno prevalerte que definieran la Gobernanza Monetaria Global. “Nadie” estaba a cargo. El viejo esquema westfaliano remodelaba los sistemas de la política monetaria mundial.


Contrastando con lo anterior las cuatro variables propuestas vigentes en la actualidad serían:


Ajuste: Supervisión vigilancia


Liquidez: Mercados financieros competición revivida con FMI.


Confianza: Confianza en el U$S disminuye pero sin alternativas claras


Lliderazgo: G20 más que el G7 pero sin saber quién está a cargo


Ampliando lo expuesto advertía que en los años 70´s, el G-20 (en realidad no existía como tal, solo los primeros 20 países más desarrollados) concentraban el 86% del PBI mundial, cuando sobrevinieron las crisis de Vietnam y la del petróleo comenzando el esmerilamiento del FMI que lo llevó, crecientemente, a carecer de autoridad.


Con un FMI debilitado será durante la Crisis Asiática (1997) el catedrático remarcó la importancia del Acuerdo Basilea III cuyas reformas impondrán que los bancos aumenten su capital de alta calidad al equivalente de un 7% de sus activos de riesgo, de un piso del 2% anterior y establecer un nuevo colchón de "conservación de capital" consistente en acciones comunes, que equivaldría al 2,5% de los activos.   Con ello y estrategias de negocios menos riesgosas, se pretendía garantizar que tengan suficientes reservas para resistir sacudidas financieras sin necesidad de rescates.


El sistema basado en la articulación de los bancos centrales incorporó la novedad de un liderazgo cuestionado a partir del debilitamiento generado por la crisis del 2007, momento que fue aprovechado para remarcar la conocida diferencia (aunque no por ello menos recordada) que los precios no son lo mismo que los valores.


Ante un escenario lejano, el año 2015 se presenta confuso y ambiguo.   Preguntándose qué pasará?


Cabe destacar la mención tangencial a la crisis de 2007 y la ausencia de lo que podría ser interpretado como un intento de salvataje del sistema monetario recientemente experimentado.

 

CONCLUSIÓN


El catedrático ha defendido la conveniencia de contar con un sistema de instituciones que respalden la confianza en las transacciones financieras y comerciales.   Que el deterioro y pérdida de confianza en las medidas adoptadas por estas entidades si bien comprensible, llevará a crisis igualmente generalizadas de fuerte impacto.


Una reforma profunda del sistema monetario global resulta altamente improbable, por lo tanto el mundo deberá sortear la emergencia de algún modo, superando la crisis en lo inmediato como se pueda (muddled through) .


Los Estados Unidos es un país pensado mirando hacia afuera mientras la República Argentina lo es hacia adentro. Suponiendo que ambas conductas sean igualmente viciadas en una autonomía inconducente, un término intermedio sería favorable, al menos para el país.   En síntesis: tener conciencia que un mundo exterior y ajeno a nosotros existe.


Finalmente, en la ponencia, se desnuda, una vez más, la visión realista -anglosajona que encarna, la visión de un sistema que lo denomina Político y el cual se halla “parado” sobre tres patas = la Económica, la Diplomática y la Militar, credenciales suficientes para liderar a como dé lugar  y prevalecer en la actual guerra de monedas.


La idea central que desliza (aunque no impone) es casi una advertencia. Estados Unidos tarde o temprano retomará la concentración de las condiciones necesarias (aunque en la actualidad no sean las suficientes)  para liderar el mercado de valores de monedas de cambio. Hoy en plena ebullición.


1 Remitía a una hipotética conferencia que ambicionaba explicar “El problema del mundo” a lo cual, el igualmente hipotético disertante, lejos de resistir la imposibilidad de abordar tan inabarcable temática, completó su brevísima disertación con esta doble sentencia: El problema del mundo es la humanidad y el problema de la humanidad es la ignorancia y la apatía.

 

 

 

Las opiniones vertidas en este artículo no representan necesariamente las del Círculo de Legisladores y del IEERI.

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