Los alineamientos o agrupamientos a los que recurren los estados constituyen un arbitrio fundamental para anticipar adversidades económicas ocasionales como, asimismo, constituir bloques que mejor y más sólidamente respalden la visión compartida en ámbitos o foros internacionales.
La proximidad ontológica de los estados, aun desde su diversidad, genera efectos no deseados de contagio o derrame expandiendo anomalías que impactan en sus vecinos. Ningún rescate podía efectuarse en una Grecia al borde del colapso si no existieran acuerdos preexistentes que favorezcan una ayuda o respaldo. Los efectos de los terremotos en Haití y Chile constituyen ejemplos más palpables y dolorosamente más cercanos.
Así, los grupos se conforman por imperio de su localización geográfica dada su proximidad o, arbitrariamente, deslocalizados como el caso del BRIC o el Grupo de los 20 ya abordados anteriormente en estas columnas. Los hay con improntas eminentemente económicas como el MERCOSUR o el Mercado Común Europeo o, inclusive con una lógica militar (defensiva) como lo fue el caso de la OTAN.
La UNASUR es una iniciativa eminentemente política y confesamente impulsada por Brasil en la cumbre de Ecuador de 2005. La transversalidad que la caracteriza, la muestra como la síntesis superadora de otras instituciones cuya efectividad puede ser hoy puesta en duda. La referencia sea dicha a la OEA, el Grupo Río, el MERCOSUR político o los otrora Congresos Panamericanos del siglo pasado.
Argentina accede a esta instancia con un conjunto de fortalezas destacables que la posicionan a ocupar el cargo de su secretariado general derivado de tres aspectos.
- Su magnitud relativa como segunda economía regional que le otorga un peso importante en el concierto de las naciones del subcontinente.
- Su concepción política ideológica equilibrada entre posturas tales como Chile, Brasil y Uruguay por un lado y Bolivia, Ecuador y Venezuela por el otro.
- Su interés estratégico de integrar un mecanismo de cooperación permanente a través de una interacción dinámica e innovadora.
La labor mancomunada puede haber sido gestada en el yugo de la adversidad. El drama americano de Haití del 2004 ha obrado catalizando la concreción de líneas de trabajo en las que paulatinamente el interés común, la confianza mutua y la afinidad operativa en la obtención de soluciones sustentables fue concretando la realidad de mecanismos tales como el “2x4” de mayo de 2005, en Buenos Aires.
Parangonando la fórmula con el típico ritmo de la música rioplatense (que nos acerca), ella no ha sido más que la referencia a la labor de “2 Ministerios de 4 Países” en la búsqueda de aquellas soluciones. Así, cinco años atrás se celebraba una reunión de viceministros de Defensa y de Relaciones Exteriores de Uruguay, Brasil, Chile y Argentina, con el expreso objetivo de encontrar salidas integradas a la situación en Haití.
Una segunda reunión abría la puerta para su ampliación pasando a la fórmula “ 2x7”, con la sumatoria de Ecuador, Guatemala y Perú al grupo de coordinación inicial. Finalmente, adoptaría su forma de 9 miembros el 12 de febrero de 2007, cuando se sumaron a la reunión en Lima, los representantes miembros de Bolivia y Honduras.
Este conocimiento personal de las instancias ejecutivas y operativas sin duda ha contribuido a facilitar la necesaria aproximación que concreta estos “constructos”.
No obstante, para la Argentina, una serie de luces amarillas se encienden en su tablero de mando. Por un lado, la atención a dispensar a la problemática exterior, lo que debiera ser objeto de permanente vigilia y no de un ocasional ajetreo. La labor de la política exterior requiere la continuidad y las muestras de empatía propias de una relación sostenida en el tiempo y alejada de ocasionalismos. Solo así se podrá superar el inexplicable distanciamiento entre “hermanos de sangre rioplatense” que requiriera la injerencia del Tribunal Internacional de Justiciade La Haya por la pastera sobre el Río Uruguay o los claroscuros en la relación con el gigante chino.
La labor de cancillerías y ministerios debe ser acompañada por la visión integradora y generosa de sus legislativos en los que se aglutinan la serenidad del largo plazo, el respeto de los acuerdos permanentes y la cabal interpretación de los intereses de los habitantes de las repúblicas en la inquebrantable y sostenida labor de sus designados.
UNASUR
PAÍS |
SEGÚN FMI * |
BANCO MUNDIAL ** |
PROMEDIO |
PBI |
ORDEN |
PBI |
ORDEN |
PBI |
ORDEN |
Brasil |
$ 1.981.207 |
9 |
$ 1.833.611 |
9 |
$ 1.907.409 |
9 |
Argentina |
$ 572.860 |
23 |
$ 523.169 |
22 |
$ 548.015 |
23 |
Colombia |
$ 396.579 |
28 |
$ 320.884 |
32 |
$ 358.732 |
30 |
Venezuela |
$ 358.623 |
31 |
$ 334.212 |
30 |
$ 346.418 |
31 |
Perú |
$ 245.883 |
43 |
$ 218.777 |
46 |
$ 232.330 |
45 |
Chile |
$ 243.044 |
44 |
$ 230.423 |
43 |
$ 236.734 |
44 |
Ecuador |
$ 106.993 |
62 |
$ 98.681 |
61 |
$ 102.837 |
62 |
Bolivia |
$ 43.424 |
89 |
$ 40.049 |
84 |
$ 41.737 |
87 |
Uruguay |
$ 42.543 |
90 |
$ 37.293 |
88 |
$ 39.918 |
89 |
Paraguay |
$ 29.403 |
103 |
$ 26.513 |
101 |
$ 27.958 |
102 |
Surinam |
$ 4.436 |
151 |
$ 2.806 |
156 |
$ 3.621 |
154 |
Guyana |
$ 3.082 |
159 |
$ 2.003 |
159 |
$ 2.543 |
159 |
(*) Fuente FMI en Millones de Dólares |
(**) Fuente Banco Mundial 2007 (Millones de U$S). |
EDUARDO H. CUNDINS – (MEG) 700