El reciente viaje de la Señora Presidente de la Nación por países islámicos (Kuwait, Qatar y Turquía) y los hechos del resquebrajamiento de regímenes políticos de larga perdurabilidad nos induce a echar un vistazo a un mundo no necesariamente semejante al habitualmente conocido.

 

El Dr. Arias Pelerano, en su obra “Notas sobre la Concepción del Mundo y Política” define 4 tópicos para identificar la cosmovisión por la que un grupo humano interpreta toda su problemática existencial. Son las respuestas que cada diferente prisma arroja. La dimensión filosófico-religiosa tiene incidencia en las formas y características de los gobiernos que se dan los diferentes países.

 

Así, la gobernanza musulmana difiere de la occidental ya que proviene de una génesis diferente a la de los padres fundadores americanos, la ilustración y la revolución francesa. La cultura islámica, visceralmente penetrada por lo religioso puede haber instaurado perdurabilidades inscriptas en un código genético de dinastías de tipo faraónicas, que se resolvieron en califatos, reinados y gobiernos con muchas de las características de las satrapías precristianas que resultan de muy difícil substitución.

 

Imponer encorsetamientos democráticos sin la empatía imprescindible nacida del respeto por lo diferente ha inducido acciones políticas tan estériles en sus argumentos como cruentas en sus consecuencias.

 

Si bien la política puede ser ética aplicada a la gestión estatal, lo que es cultural o ética y políticamente bueno y aceptable en Argentina, puede no serlo en Yemen, Egipto o Libia y esta visión cerrada por la que el mundo es “a nuestra imagen y semejanza” nos lleva a malinterpretar y prejuzgar visiones político-culturales de muy diversa procedencia y origen. Hoy las piezas del dominó pan arábigo se van tumbando unas a otras. Las redes socializadoras mundiales están logrando su implacable cometido.

 

LOS RESULTADOS DE LA MISION

 

No obstante la comitiva argentina integrada por cerca de 100 empresarios concretando más de 2.120 entrevistas, obtuvieron negocios que incluyen ventas por 20.000 toneladas de carne con hueso y una veintena de otros productos por millones de dólares.

 

Ni la permanencia del monarca kuwaití Sabah Al-Ahmad por más de 50 años ni la de más de 34 del emir Hamad Bin Jalifa Al Thani en Qatar fueron óbice de excepción para fijar otros destinos – eminentemente comerciales - a la gira. Se fue a competir, a ganar mercados y si bien ello se contrapone con el postulado educativo vigente que prioriza la inclusión antes que el elitismo, la competitividad estuvo presente por partida doble: ¿Puede decirse que no hubo una eficaz selección para integrar la delegación comercial? Sin duda la hubo y logrando legítimos resultados económico-financieros.

 

Complementariedad e intereses similares en los negocios no necesariamente contradicen reciprocidades o equivalencias en lo religioso ni tampoco en los regímenes políticos.

 

Una vez más, todas las previsiones cayeron. Junto con las Torres Gemelas del 9/11 y la trágica bomba de Atocha del 11/9, aparecen los sucesos recientemente producidos en el norte de Africa y Medio Oriente. Las redes sociales irrumpieron como los arcabuces de Cortes en el Imperio Azteca, el shock del futuro, la infiltración de lo nuevo… el resto es historia conocida. Hoy Twitter puede más que 10 megatones, ese corrimiento hacia la virtualidad de los activos continúa inexorable. Aunque se perciba demasiado imbricado lo religioso en lo social, lo social nunca deja de ser político. (Esta es su etimología)

 

Cuan patética es la actitud negacionista hacia un mundo que se mueve muta, cambia y reclama mentes abiertas a estos desafíos que son oportunidades.

 

¿Cuál deberá ser la actitud para con ese mundo aparentemente ajeno, percibido distante culturalmente, aunque comunicacionalmente inmediato y ambientalmente cercano a nosotros, al nosotros nacional?: el de absoluto respeto por lo diverso.  

 

 

EDUARDO H. CUNDINS – (MEG) 630