La didáctica es la disciplina que nos permite hacer asimilable la conceptualización; de algún modo: “corporizar”, dar entidad cuasi física a los abstractos que, de otro modo no podríamos aprehender, asir, incorporar, comprender.

 

Si digo no piense en elefante…. bien sabe lo que pasa. Y si digo amarillo…¿Sobre “qué objeto” lo “re-“ presenta?
El pensamiento abstracto supone una cualidad superior del intelecto, la abstracción es la hermana de la inteligencia y aunque el Jefe Administrativo o el Director Ejecutivo esté “arriba” en el organigrama de la estructura puede que esté “abajo”, en su oficina del segundo piso.

Otro tanto sucede con una de las palabras que más se han meneado en este inicio de 2016: apertura.
“Abrirse al mundo”, apertura de mercados, transparencia, no remite ni a bisagras ni a puertas. Varios han sido los aportes de esta columna internacional a esta fenomenología 1

En táctica (palabra hoy más empleada por la empresa y la política que en su cuna militar) se refiere a la acción PREPONDERANTE que ilumina su definición: la apertura o cierre de espacios (terrestres, aéreos y navales) merced al empleo de medios orientados a la violencia en una puja, en un duelo (Clausewitz) en una pugna (Tokatlian). Abrir una brecha, romper un dispositivo defensivo, ganar un terreno clave, cerrar el paso a un avance nos habla más de esta CIENCIA SOCIAL (finalmente lo es) que de un arte difuso. Abrirse paso, aun con oposición.
Apertura supone inclinación, apetito, interés, vocación por involucrarse. Y si se la califica de “internacional” lo es con un mundo que, por ajeno y diferente nos define. Somos lo no ajeno, lo no extranjero, lo no extraño. Somos lo que ningún otro es. Y, una vez más, recurriendo a la pedagogía (como disciplina educativa que contempla más al educando, al aprendiendo) una analogía biologista nos ayuda a comprender la homeostasis: ese adecuado equilibrio vital con el medio que nos rodea que nos permite ADAPTARNOS a él, abroquelándonos ante una agresión, expandiéndonos ante un vacío adecuándonos a las condiciones [que nos condicionan!] (se dice que la naturaleza DETESTA el vacío, por tanto éste será ocupado por un excedente disponible: sociológicamente el poder responde a este postulado casi como a una ley de una ciencia exacta).

El mundo, más que China, necesita soja. Pero el mundo necesita mucho más que soja. Una ética inmanente exige un compromiso hipocrático. Hay un rol ineludible, una expectativa natural (Ante: “hay un médico en la sala…! El galeno no puede mirar para otro lado!!!) Y no son solo bienes: son servicios, es materia gris, son talentos, son valores.

No puede el mundo desconocer al mundo, no sin alto costo. La desconexión necrosa el miembro separado del cuerpo que lo nutre. El todo es más importante que la parte. Pero las partes, hacen al todo.

 La Inteligencia contribuye. La inteligencia estatal trata de la decodificación de esos estímulos exteriores: también procedente del léxico polemológico (lucha, guerra; de allí su acepción más común: polémica) y recogiendo el saber Confuciano y de Tsun Zsu que impone conocer a los potenciales oponentes o competidores más que a uno mismo para asegurar prevalecer en la pugna. Si bien, claro está, que el auge de los conflictos intraestatales han evolucionado tan dramáticamente que la isobara política de las jurisdicciones territoriales (Apostilla Sept 2010) poco ayuda a discernir el origen interno o externo de los conflictos armados (según la CICR 2). Antes y ahora.

Abrirse a mercados requiere primero conocerlos (Techint, Arcor, IMPSA lo hacen) y ofrecer valores que, adecuadamente apreciados re-compensan en un fructífero intercambio de bienes y servicios.

Apertura sería la del Papa Francisco al permitir que la mujer case y bautice con la oposición de los ultramontanos.
En inglés la expresión es “broden your mind” en lugar de open. Ampliar antes que abrir.

El último libro de Henry Kissinger (Orden Mundial, 2014) advierte que el orden westfaliano trastabilla ante el advenimiento de una “versión islamista radical” (p. 370) así como deberemos olvidarnos de un “orden” planetario el cual podría darse solo en lo regional. Si bien Kissinger nunca fue creyente de una paz mundial y sí lo fue de la estabilidad ( aunque ahora, menos) adhiere, indirectamente, a reconocer las “fallas” de fricción (como las tectónicas” que advierte Huntington) entre civilizaciones.

Necesitamos, pues, más “geólogos” para resolverlo. Mientras tanto los nietos de los agresores de una argentina indefensa (en 1992 y 1994) despliegan su salvajismo en las redes sociales que tampoco conocen de fronteras.

Sabíamos poco de Hezbollah porque “estaban lejos”; hasta ahora. Una demografía afectada no por invasores sino por estampidas de indefensos se confunden en los pasos fronterizos europeos. El mundo se redujo, no lo ignoremos

Pero la cooperación mundial también sabe de épicas y reclama una mujer para presidir la ONU ¿Será de la Unesco como la búlgara Irina Bokova, la de la Comisión Europea, también búlgara, Kristalina Georgieva; la Canciller Eslovaca,  Miroslav Lajcak o la Croata, Vesna Pusic? O por defecto recaería en América latina, con Malcorra o la jefa de la Cepal, la mexicana Alicia Bárcena? Argentina juega este partido.