El Congreso Nacional tiene ingerencia en la organización
del servicio exterior de la Nación a través de tres vías:
dicta y modifica la legislación que lo rige, otorga el
acuerdo para las designaciones y remociones del personal
diplomático que actúa en el exterior y determina las actividades
de la administración pública a través del control presupuestario.
Legislación. La primera ley del servicio
exterior fue la 4.711 del 29 de septiembre de 1905. Han
tenido gran influencia en la organización profesional
del Servicio Exterior la ley 12.951 de 1946, luego derogada,
y la 20.957 del 5 de junio de 1975, ley orgánica del Servicio
Exterior de la Nación en vigencia.
El nombramiento de los cargos. Ya la
Constitución de 1826 llamó “empleos de escala” a aquellos
que se basaban en una carrera administrativa, denominación
que reitera la Constitución vigente. El artículo 99 de
la Constitución Nacional establece la obligatoriedad por
parte del Poder Ejecutivo de contar con el acuerdo del
Senado a fin de nombrar y remover “embajadores, ministros
plenipotenciarios y encargados de negocios”.
Actualmente es la Comisión de Acuerdos del Senado de
la Nación es la que aprueba el pliego de los Embajadores.
Sin embargo, existe un proyecto que busca reformar el
sistema. El proyecto bajo expediente número 0605-D-2009
instrumenta un sistema de audiencia pública para recibir
las opiniones de la sociedad y luego de ésta, la realización
de una sesión especial y pública. Además todo el proceso
deberá ser publicitado a través de diferentes páginas
web y el Boletín Oficial.
Asignaciones presupuestarias. A través
del artículo 75 inciso 8, la Constitución Nacional establece
que el Congreso Nacional fija “el presupuesto general
de gastos y cálculo de recursos de la administración nacional”.
Es así la autoridad de quien dependen las erogaciones
y por lo tanto, todos los empleos públicos nacionales.
Esta importante tarea, recordemos, otorga una mayor importancia
a la Cámara de Diputados, ya que es ella la receptora
del proyecto de ley de Presupuesto Nacional que cada año
envía el Poder Ejecutivo.
Como podemos ver, el Congreso Nacional puede influir
de manera determinante en la composición de nuestro servicio
exterior y así, en la orientación de la política exterior.
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